Hace ya algunos años, parece mentira cómo pasa el tiempo –las agujas del reloj a veces parecen aspas de lo raudas que giran-, Antonio García Villarán alegraba las noches del Platea en la sevillana Alameda de Hércules con sus espectáculos, en los que la literatura, el ingenio, el buen humor y la inteligencia armaban un conjunto más que apetecible para los jóvenes inquietos de la capital de Andalucía.
Hoy en día el Platea ni siquiera existe, ha sido reemplazado por un bar mucho más convencional y centrado en la mera venta de copas. Pero en el recuerdo queda el buen hacer de Villarán y citas literarias tan interesantes como aquel ‘Café con Kant’ o ‘Las noches del Cangrejo Pistolero’. No obstante, las peripecias de Villarán se trasladaron a otros míticos espacios de la escena cultural sevillana, como el también difunto El Perro Andaluz.
Pero aquel personaje al que Antonio García Villarán –escritor, poeta y licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla- daba vida en las noches sevillanas fue trabajando de forma paralela en multitud de proyectos que por aquel entonces le rondaban la cabeza. Uno de ellos se cuajó en la creación de Cangrejo Pistolero Ediciones, editorial que ha logrado sacar a la luz las obras de poetas y escritores talentosos pero que aún permanecían en el anonimato. La editorial además ha ido creciendo y ganando peso entre los autores con los que trabaja.
Fue en el verano de 2005 cuando la editorial empezó a dar sus primeros pasos y publicó los poemarios ‘Sienes de amor’, de Nuria Mezquita, y ‘Sois estúpidos’, del propio García Villarán. Desde entonces, muchas han sido las obras publicadas por Cangrejo Pistolero Ediciones, siempre con un sello de calidad y una presentación acorde con los méritos de los autores –no siempre ocurre que la maquetación y el diseño de una pequeña editorial ofrezcan profesionalidad-. ‘La muerte sobre un caballo pálido’, de Lola Crespo Rodríguez, es el último poemario que ha salido a la luz bajo el amparo de la editorial; como no podía ser de otra forma, la lectura de cada verso de este libro merece mucho la pena.